En la era actual, donde todo parece relativo y nada es considerado absoluto, es común escuchar frases como: “todas las religiones llevan a Dios” o “no importa en qué creas, lo importante es tener fe”. Según esta idea, no importa cómo vivas, a quién adores o qué doctrina sigas; al final del día, todos los caminos conducen al mismo destino. Sin embargo, cuando los cristianos afirman que solo hay un camino hacia Dios, muchos lo perciben como una postura cerrada, anticuada o incluso intolerante. Pero esta afirmación nos lleva a una pregunta fundamental:
¿Tienen razón los cristianos al decir que solo existe un camino hacia Dios? ¿O realmente todas las religiones pueden conducir a la vida eterna?
El relativismo religioso
Dentro del pensamiento relativista, no existe una verdad absoluta. Cada persona o cultura puede definir lo que considera verdad, y todas esas verdades serían igualmente válidas.
Esta filosofía se ha extendido también al ámbito de la fe. Hoy muchos creen que todas las religiones son verdaderas, que cada una representa un camino distinto hacia lo divino, y que no existe una única forma de acercarse a Dios.
Pero aquí surge una pregunta esencial: ¿Qué dice la Biblia acerca del relativismo religioso?
La afirmación absoluta de Cristo
Aunque el relativismo religioso suene atractivo e inclusivo, sus fundamentos se derrumban cuando se examinan a la luz de las Escrituras.
El Antiguo Testamento declara de manera clara y repetida que solo existe un Dios verdadero. Pasajes como Deuteronomio 6:4 (“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”) e Isaías 45:5 (“Yo soy Jehová, y ninguno más hay”) dejan en evidencia que, para la Biblia, no existen muchos dioses ni muchos caminos hacia Él.
Pero el Nuevo Testamento también presenta afirmaciones igual de absolutas. El mismo Jesucristo dijo en Juan 14:6:
“Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
Estas palabras no dejan espacio para interpretaciones relativistas. Jesús no se presentó como una opción más entre muchas, sino como el único camino y la única verdad capaz de conducirnos al Padre.
El apóstol Pablo también reafirma esta verdad en 1 Timoteo 2:5:
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.”
De acuerdo con la enseñanza bíblica, solo Cristo puede reconciliar al ser humano con Dios. No hay otro mediador, ni religión, ni doctrina que pueda ofrecer salvación aparte de Él.
Conclusión
Para el Dios de la Biblia, no existen muchas verdades: solo hay una. Y esa verdad tiene nombre: Jesucristo. Fuera de Él, no hay salvación; fuera de Él, no hay vida eterna. Cristo no es uno de los tantos caminos hacia Dios: Él es el único camino, la única verdad y la única vida que puede llevarnos al Padre.

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