La Santidad de Cristo

Hablar de la santidad de Cristo es un tema especial, es un tema digno de escribir y estudiar. Todo creyente verdadero afirma que Jesucristo es Santo y puro en toda la extensión de la palabra. 

Así que a continuación veremos qué dicen las sagradas Escrituras acerca de la santidad de Jesús. 

 

1.- La Biblia dice que Jesús es Santo

A) la Biblia llama a Jesús como “Sumo sacerdote sin pecado”.

“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”. (Hebreos 4:15).

B) Aquel que no cometió pecado 

“Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca” (1 Pedro 2:21-22).

C) Aquel que no conoció pecado 

“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”.  (2 corintios 5:21).

D) no hay pecado en el.

“Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él”.  (1 Juan 3:5).

Estos versículos hablan de que la Biblia declara tajantemente que Jesús es Santo.

 

2.- Su testimonio en la tierra habla de su santidad. 

Los fariseos trataron de encontrar fallas en el, trataron de acusarlo de pecador por convivir con pecadores, insinuaron que era hijo de fornicación, trataron una y otra vez de acusarlo de algo, pero se toparon con la realidad de que en Cristo no había falta alguna. Han pasado muchos siglos y aún los hombres siguen buscando faltas en Jesús, han inventado calumnias contra la santidad de Cristo pero cada una de ellas ha sido derribada por la veracidad de las Escrituras. 

“¿Cuál de ustedes puede decir que yo soy culpable de pecado? Si yo les digo la verdad, ¿por qué no me creen?”. Juan 8:46 (PDT) 

3.- La santidad de Cristo es conocida aún por los demonios

“Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz, diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios”. (Lucas 4:33-34). 

Los demonios reconocían la santidad de Cristo, pero los hombres eran incapaces de verlo y esto queda evidenciado que pese a ser un hombre santo, los judíos prefirieron a un pecador en lugar del santo de Dios. 

“Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida”. (Hechos 13:14).

Espero que este breve estudio sea de bendición para tu vida.

Redactado por Madaín Figueroa.